COMENTARIOS DE TEXTO



 1.Carta de aprendizaje de Velázquez con Francisco Pacheco.

     Resulta chocante darse cuenta a medida que se va avanzando en la lectura del texto, del hecho de que éste parezca más un contrato de trabajo que un acuerdo educativo, por así decirlo.
     Estamos en nuestros tiempos acostumbrados a un modelo de enseñanza y aprendizaje muy distinto al modelo que nos plantea la carta de aprendizaje de Velázquez, en la que se lee un acuerdo entre un padre y un maestro sobre la formación de un niño de doce años en las técnicas y arte de la pintura. Es un niño de doce años, sin embargo, no se le trata como un niño, sino como un adulto que no tiene la capacidad ni la oportunidad de decidir por sí solo, y que pasa de una mano a otra mediante dicho acuerdo. Este “adulto en pequeño” no recibirá una formación como se hace actualmente en grupo, con más niños, en un centro educativo preparado exclusivamente para ese fin y, al ser un adulto en pequeño, tampoco se contemplará para él una enseñanza que le resulte entretenida, amena, o el hecho de tener en cuenta a la hora del aprendizaje el desarrollo cognitivo del niño. Velázquez estaba ahí para conseguir un fin: formarse como pintor.
     Los niños actualmente asisten a la escuela desde pequeños para formarse tanto académicamente, como para, más importante aún, formarse como ciudadanos y sobre todo como personas. Y esto no es tan solo responsabilidad del centro formador, sino también de las familias. Los dos núcleos deberían complementarse y configurar esa formación entre los dos, al contrario de lo visto en el texto, en el que el maestro asume la completa responsabilidad de la educación del menor.
     Pero si analizamos este método desde otro punto de vista, podremos descubrir muchas de sus ventajas, como por ejemplo, la cercanía, confianza y confidencialidad entre maestro y alumno, impensable hoy en día, donde nos encontramos con clases de alrededor de 30 alumnos. Velázquez tampoco se encontró con ninguna limitación ni ajuste de contenidos por parte de ninguna administración educativa. Su maestro estaba obligado a trasmitirle, de hecho, todos sus conocimientos sin reserva alguna. Maestro y alumno pasarían juntos muchos años, compartiendo una enseñanza eficaz, personalizada y diseñada día a día tan solo teniéndose en cuenta a ellos mismos.
   En los institutos hoy los alumnos tratan cada día con unos seis profesores distintos, cada uno se dedica a impartir su asignatura, “convive” con los alumnos 55 minutos, varias horas a la semana durante el año escolar y ahí queda todo. Y así sucesivamente con decenas de profesores durante toda la etapa de la educación secundaria obligatoria y bachillerato. Como vemos, en cuanto a educación personalizada, nada tiene una que ver con la otra.
     En conclusión, a lo largo de los años la sociedad cambia, sus necesidades cambian y sus métodos cambian, y estamos de acuerdo en que en una sociedad como la existente hoy en día, sería bastante difícil pensar en un tipo de educación como la descrita por la carta de formación de Velázquez.





2.Prejuicios que hay que evitar: ¿qué NO es educación artística?



     Como muy bien dice el texto, “ El alumnado no accede a ninguna materia del currículo con una mirada “inocente”, sino que normalmente adopta y reproduce las actitudes mayoritariamente establecidas hacia cada tipo de conocimiento, como por ejemplo, “las matemáticas son difíciles”, “para aprender dibujo hay que tener talento”, “el arte moderno es incomprensible y es una tomadura de pelo”, etc.
     Sí que es fácil estar de acuerdo con todos los puntos que aborda el texto a cerca de los prejuicios en relación con las enseñanzas artísticas. Pero, ¿por dónde empezar a la hora de encontrar el problema para encontrar, más tarde, una posible solución? Uno de los principales problemas en mi opinión, y que más “daño” hace a la imagen e idea de las enseñanzas artísticas, es el gran desconocimiento general en relación al campo de la enseñanza de las artes (y de las artes en general).
     Un padre imagina a su hijo recortando papeles de colores y haciendo dibujos que alegren las paredes de la clase, pero ¿se aleja mucho esta idea de la realidad? En ocasiones no demasiado.
     En los institutos, este tipo de enseñanzas se imparten durante el mismo horario y en las mismas instalaciones que otras asignaturas como Lengua, Matemáticas, Física y Química, Historia, etc. Pero sin embargo se mantienen separadas de ellas casi físicamente: Música y Plástica son algo parecido al “tiempo libre”, de diversión y esparcimiento de los alumnos, cansados de “darle al coco” durante el tiempo de las otras asignaturas. Dicho de otra forma, “Plástica” y Música, se toman totalmente a la ligera. Pero es que ciertamente, es difícil tomar en serio una asignatura a la que cada vez se deja más en el rincón, se le quitan horas en los planes escolares, y en cuya defensa contra la idea de que no es más que una asignatura dedicada a las manualidades, no salen casi ni los propios docentes que la imparten. ¿Qué está pasando con la educación artística? Resulta difícil comprender cómo teniendo a nuestro alcance tanta riqueza cultural, accesible para todos, tanta información, que sea tan obvio que el arte está en todo lo que nos rodea y es necesario, aún no se haya relacionado y conectado con esa asignatura que se cursa en los institutos, y se haya desechado la idea de hacer “manualidades”.
     La principal solución debería ser en mi opinión un cambio inmediato de esta idea, y sustituir la elaboración de copias y láminas, de ejercicios sin más, a proyectos a la medida de un curso académico. Proyectos relacionados con la escuela, con las otras asignaturas. Proyectos estéticos y también conceptuales, que ante todo haga que los alumnos hablen, participen y adquieran capacidades y conocimientos críticos en cuanto a arte se refiere, y sean capaces de reconocer y usar todo esto de manera autónoma en debates o actividades, y ser capaces de conseguir la información necesaria para formarse sus propias ideas y opiniones.
Creo que esto es mucho más importante que el hecho de que sepan copiar una lámina bien o no.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario